lunes, 4 de agosto de 2014

El Diario de Ana Frank

Fue un día como hoy, en 1944, cuando Ana Frank y su familia fueron arrestados por la GESTAPO, en Holanda. 
Es probable que conozcas la historia -vamos, la mayoría se ha leído el libro-, y es también probable que apenas oigas el nombre de la desdichada muchachita germana te aflore una pena tremenda. ¿Quién no lloró con el abrupto final? (Yo).


Pero bueno, pongámonos serios y repasemos un poco la vida de la niña del diario:

Annelies "Anne" Frank nació el 12 de junio de 1929, en Fráncfort, Alemania. Fue la segunda hija de Otto y Edith Frank, matrimonio de origen judío. Es por esto último que la familia completa tuvo que huir de Alemania ante la seguidilla de persecuciones nazis, a mediados del año 1942.


Se mudó a la ciudad de Ámsterdam (Holanda). Allí sus padres le regalaron un diario -al que nombró como Kitty-, para su cumpleaños número trece. Poco después, su familia tuvo que ocultarse en el Anexo, situado en un viejo edificio que servía de almacén, y cuya puerta estaba escondida tras una pesada estantería. Allí vivieron durante la ocupación alemana nazi, desde 1942 hasta 1944.




En el escondite había ocho personas: sus padres, ella y su hermana mayor, Margot; Fritz Pfeffer, un dentista (al que Ana dio el nombre de Albert Dussel en el diario), y la familia van Pels (nombrados como los van Daan), formada por Hermann y Auguste van Pels y el hijo de ambos, Peter. Durante aquellos años, Ana describió su miedo a vivir escondida, sus sentimientos por Peter, los conflictos con sus padres, la relación con los miembros del escondite y su naciente vocación de escritora. 
Después de aproximadamente dos años y medio, un  holandés guio a la Gestapo a su escondite, delatando a los Frank. Fueron arrestados el 4 de agosto de 1944 y un mes después, el 2 de septiembre, la familia fue trasladada de Westerbork (campo de concentración en Holanda) hacia el campo de concentración de Auschwitz. Mientras tanto, Miep Gies Bep Voskuijl, dos de las personas que los protegieron mientras estuvieron escondidos, encontraron y guardaron el Diario, entre otras variadas pertenencias.
Margot y Ana pasaron un mes en Auschwitz y luego fueron enviadas a Bergen-Belsen, donde murieron de tifus en marzo de 1945, poco tiempo antes de la liberación. Sólo Otto, su padre, logró salir del Holocausto con vida. Miep le dio el diario, que editaría con el fin de publicarlo con el título "Diario de Ana Frank", que  ya ha sido impreso a 70 idiomas.
El Memorial en honor a Ana y Margot Frank está ubicado en el lugar donde estaba la fosa común en que murieron,en el campo de concentración de Bergen-Belsen.


Hay cientos de libros igual o más tristes que este, pero el "Diario de Ana Frank"  tiene un punto a favor: es una historia real. Y es eso lo que más impacta.
La novela-diario se narra tan bien y de forma tan cotidiana que resulta imposible pensar que fue premeditado -como afirman ciertos escépticos-. Después de todo, Ana era solo una niña que escribía como medio de desahogo y relajación. El libro, además, detalla cuidadosamente el horror nazi al que se vieron sometidos los judíos y un sinfín de reprimidos durante el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, me resulta un relato imprescindible, que nadie debe dejar de leer.